El equipo de Ciesjet ha sido partícipe de una maravillosa sorpresa en la Ría de Vigo, y no poco nerviosos por las cámaras de la Televisión de Galicia TVG, aportamos nuestro granito de arena con motos de agua en este cuento de hadas donde Romina y Dani son los grandes protagonistas.

Hoy, nos ponemos románticos para compartir con todos vosotros esta experiencia, no sin antes agradecer tanto a Romina, como a Dani como a todo el equipo de «Casamos» de la TVG el haber contado con nosotros, ¡nos ha encantado vivir estos momentos tan emocionantes!

Dani veía las motos de agua desde la playa y soñaba con pilotar una ellas, Romina soñaba con agarrarse a su cintura y gritarle al viento su amor mientras saltaban juntos sobre las olas de la Ría de Vígo.

Así que Romina decidió olvidarse del color de las flores, de cogerle más o menos a su vestido, del menú, del color de los manteles y con quién sentaría a sus primos y cámara en mano y como si de dos famosos de Hollywood se tratase se presentó en el Puerto de Vigo con las cámaras de la TVG para regalarle a su chico una tarde que no olvidarán jamás.

Lo que ella no sabía es que a él lo que más ilusión le hacía de la moto de agua cuando las veía desde la playa era que compartiesen juntos el viaje y la vida.

Por fin ya sabemos dónde van a sentarse tus primos, espero que aquellos amigos que dejaron de serlo quizás con la emoción, el vino y el champán se perdonen para siempre, que nuestras madres llorarán como si el Miño se secase, que tendremos que tener vigilado a tu tío para que no se suba a la mesa, que no seremos ni tú ni yo quienes esperen a los novios y que tras las intensas clases hoy no te pisaré en el baile.

Sé que ya no habrá más peleas por el sitio de la boda ni el menú, por el color de las flores, por las prisas de que hoy te vuelves a probar el vestido. No habrá más nervios porque todo vaya como siempre habías soñado y que el cura no se enrollará más de la cuenta, yo me encargo de que vaya rápido para poder besarte pronto.

Porque aunque no tenga ninguna prisa, para las hojas de mi calendario siempre es otoño desde que te conozco y que odio la expresión de que “vale la pena esperar por lo que tanto se quiere tener” supongo que quererte me ha vuelto impaciente.

Y hacerlo ha sido como un juego de niños, coser y cantar, a cada dificultad le has regalado una sonrisa y a cada problema un aliento de apoyo, has dado lo que no tenías por mi y eso me ha hecho valorarte y ser feliz.

Y supongo que en esto consiste casarse, en celebrar con aquellos que nos rodean y que más queremos que tú y yo compartiremos nuestra vida para siempre.

No me haría falta un anillo y un sí quiero para cumplir todo esto pero me hacía especial ilusión ver cómo te queda.

Más que un si quiero es un “Si, Te quiero…”

¿Casamos?